Yukina lleva seis años casada. La primera vez que conoce a un hombre, no sabe qué esperar. Lleva seis años casada y se siente sola por las constantes distanciamientos de su marido. Lo único que quería era dejar que él le tocara la piel. Se suponía que sólo iba a ser un pequeño coqueteo, pero los dedos que se arrastraban por su piel llegaron hasta el interior de su ropa interior... El sonido de su coño siendo tocado hace que sus jugos salgan de su cuerpo. Su cuerpo es llevado al clímax una y otra vez por las caricias implacables, e incluso la más mínima estimulación hará que se corra con facilidad... Señora, la torturaré hasta el amanecer...